¿Qué ciudad queremos?
06 de Septiembre
A veces la respuesta a la pregunta que lleva por título esta nota aparece rápidamente en la boca de todos. Una ciudad limpia, accesible, segura, que su belleza natural se pueda apreciar a golpe de vista. Sin embargo, son contados los momentos en los que asumimos la responsabilidad que tenemos como ciudadanos para avanzar hacia ese ideal. Pagar una tasa de alumbrado, barrido y limpieza no es lo único que debemos hacer para comprometernos con el cuidado y mantenimiento de los espacios comunes.
Las veredas son responsabilidad de los frentistas pero son públicas, es decir, son de todos. Y todos incluye a todas las personas con derecho a caminar o desplazarse por un espacio seguro, libre de objetos que pongan en riesgo su integridad. En los últimos días una campaña implementada desde las áreas de planeamiento urbano y de accesibilidad, desató una polémica sobre el uso y los modos de apropiación de estos espacios, de nuevo, públicos.
Se trata de una campaña de sensibilización sin fines recaudatorios. No es para recaudar. Se labra un acta donde queda asentado el incumplimiento de la normativa vigente y se otorga un plazo para realizar las modificaciones necesarias para cumplir con la Norma. ¿Y qué dice la Norma? La Ordenanza 5694 de 2022, votada por unanimidad por todos los bloques que componen el Concejo Deliberante dice, entre otras cosas, que es necesario regular la intervención en el espacio público con elementos publicitarios y/o informativos y priorizar la eliminación de las barreras físicas creadas en el ámbito urbano.
En este sentido, la Ordenanza regula la accesibilidad urbana y la ocupación del espacio público con arbustos, plantas o cosas de cualquier forma o material, con fines publicitarios, comerciales o no, promocionales, de exhibición, de información privada o pública, de señalización, decoración o protección. En consecuencia, en las veredas o senderos peatonales se deberá cumplir con un “volumen libre de riesgo” de 1,50 m medidos desde la línea municipal hasta el extremo más cercano del objeto y 2,05 m de altura desde el nivel cero de vereda al objeto más cercano, en el cual no podrá colocarse nada que perturbe la libre circulación de personas.
Otro tema que genera controversia es la disposición de los bicicleteros en los frentes de los locales comerciales y los bancos en las puertas de las casas. Lo único que exige la Municipalidad es que se ubiquen en el lugar adecuado, de manera que no obstruyan la circulación. Los frentistas NO deben abonar por utilizar bicicleteros o bancos en sus veredas. Porque por un lado, los bicicleteros promueven la movilidad sustentable, con el objetivo de disminuir la contaminación generada por los autos, y por el otro, los bancos son utilizados por los adultos mayores como lugares de encuentro y de recreación en el espacio público.
En cuanto a la disposición de los toldos, se debe considerar la altura y las dimensiones del mismo, para prevenir accidentes a causa de su estructura soporte, hecha en caño de hierro. Además, las dimensiones del toldo deben permitir el ingreso de la luz del sol y de la luz artificial, la primera por una cuestión de salubridad, la segunda, por seguridad. Asimismo, se debe tener en cuenta que los carteles bandera están prohibidos dado su comprobada peligrosidad.
Los cambios culturales y los cambios de hábitos implican procesos que no son inmediatos. A veces son resistidos sólo por simple costumbre, sin pensar en el otro. Lo que pretende la Municipalidad con esta campaña es ordenar el espacio que es de todos, para que podamos disfrutarlo todos. No es para recaudar. Se trata de orden, de accesibilidad, de seguridad e higiene, en beneficio de todos los vecinos. Seamos parte.
Por cualquier consulta o inquietud, los interesados pueden comunicarse a través del correo electrónico: direcciondeplaneamiento@chascomus.gob.ar o personalmente en las oficinas del Palacio Municipal en el horario de 8 a 13.