Separar para reciclar
19 de Marzo
Para el reciclado de materiales es indispensable separar los residuos en casa. Asumir ese compromiso contribuye al cuidado del ambiente, a la economía circular y a la higiene de la ciudad. En este sentido, es muy importante la correcta disposición de los residuos en los contenedores que la Municipalidad de Chascomús, distribuye en los barrios.
Vale recordar que en los contenedores verde claro se debe colocar todo aquello que tiene una segunda oportunidad en el mercado de bienes: papel, cartón, plástico, Tetra-Brik, vidrio, latas. Es fundamental que estén limpios, secos y compactados. Una vez depositados en el contenedor se debe cerrar la tapa a fin de evitar que entre agua y éstos bienes pierdan utilidad y valor. Cumplir con estos pasos contribuye a la generación de puestos de trabajo genuinos en cooperativas y emprendimientos que se dedican al reciclado.
En el contenedor verde oscuro se deben depositar bolsas con materiales para su descarte definitivo, como pañales, apósitos, servilletas, lácteos, huesos, colillas apagadas. En este caso también es importante cerrar la tapa para evitar malos olores y el ingreso de animales y de roedores.
Para el descarte de escombros, residuos de gran volumen o restos de poda, los vecinos y vecinas deben depositarlos en la puerta de sus domicilios y comunicarse con la línea 147, para que el servicio municipal pase a retirarlo.
Si los residuos son electrónicos, se pueden depositar en los Puntos Limpios Móviles, participar de las jornadas de recolección itinerantes o bien, llevarlos al Centro Cultural Vieja Estación de lunes a viernes de 8 a 14 hs.
En cuanto a los residuos orgánicos como las cáscaras de las frutas y verduras, los restos de jardín y de la huerta, de yerba, café y saquitos de té, la mejor opción es el compostaje. Además de no mezclar estos residuos para preservar aquellos que pueden ser reciclados, compostar ahorra energía para su transporte al destino final.
Separar no cuesta más que un poco de buena voluntad y de conciencia, nos permite sumar a construir un mundo un poco mejor para las próximas generaciones y para la vida en todas sus versiones. Una vez hecho hábito, no insume tiempo y deja esa paz de haber aportado algo, ínfimo, al metro cuadrado propio primero, al planeta después.