Agua potable: el recurso no valorado

17 de Noviembre

Al igual que varios lugares del mundo, en nuestro país aún existen varios lugares donde se caminan largas distancias por un vaso de agua.

Abrir una o varias canillas sin salir de nuestras casas es un verdadero privilegio. Tanto que garantizar el acceso a un mayor porcentaje de población es uno de los objetivos para el desarrollo sostenible de la ONU.

La comodidad, la costumbre de gozar de una necesidad satisfecha sin más esfuerzo que abrir un grifo, muchas veces nos hace perder de vista que el agua dulce, potable, no es infinita, se agota.

La escasez de este recurso vital, del que no se puede prescindir, repercute negativamente en la salud, en la biodiversidad, el deterioro de los ecosistemas y, con ellos, la productividad y el desarrollo de las personas.

¿Pero qué podemos hacer para cuidarla? Es muy fácil y tiene que ver con los hábitos.

Cerrá la canilla mientras te cepillas los dientes o lavas los platos, tomá duchas cortas, organizá los lavados del lavarropas o del lavavajillas para aprovechar sus capacidades máximas.

Utilizá sistemas de ahorro eficiente del consumo como aireadores o difusores que reducen el caudal de agua y dan sensación de mayor presión.

El agua que ingresa por red pública de agua potable sólo se puede utilizar para consumo humano, la higiene personal, de la ropa y de los utensilios que se utilizan en la cocina. No se puede utilizar para llenar las piscinas, regar el jardín o lavar el auto.

El compromiso debe ser cuidarla, hacer un consumo eficiente y consciente, sin olvidar que todos los seres vivos dependemos de este recurso.